Otro año más que se va. La verdad que el número 15 da buenas vibraciones. Al final, de este periodo me quedo con las cosas más sencillas, los pequeños gestos de cariño que alimentan el motor de la vida.
En lo profesional, he estado en dos colegios muy buenos, con grandes docentes, con la batalla de adaptarnos a la LOMCE y sus cientos de estándares pero sobre todo con la magia de los alumnos/as. Ellos son nuestra razón de ser, presente y futuro, los mejores clientes y la mejor motivación para ir a enseñar y aprender todas las mañanas.
Voy a dejar un par de frases que tocaron mi corazón:
"No sé cómo te vamos a devolver todo lo que has hecho por nosotros"
"Profe, tú no eres pobre; nos tienes a nosotros"
En lo personal sigo contando con el apoyo de mis seres queridos. La salud también me ha acompañado. A los amigos los sigo viendo cada vez que podemos. Además ya hay varios que han estrenado paternidad y eso es motivo de gran alegría. Una nueva incorporación a la familia ha sido la de Sarah, una perrita muy activa que nos da compañía y nos enseña que educar a una mascota no es fácil.
No voy a añadir muchos más detalles. Os deseo un feliz 2016.
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