martes, 7 de junio de 2016

PROYECTO: UN LIBRO

Dicen que en la vida hay que hacer estas tres cosas:

- Plantar un árbol.

- Tener un hijo/a.

- Escribir un libro.

La primera la hice hace bastante siendo voluntario de un proyecto llamado Lafuentea. Creo que fue por Fortuna donde planté con ayuda de otros voluntarios algunos pinos. Daría gusto volver al punto exacto y corroborar su crecimiento.

Lo segundo son palabras mayores pero a la vez ilusionantes. Pienso en las oportunidades que me ha dado la vida y todo comenzó a gracias a que mis queridos padres me la dieron a mí. Sería un buen momento, a punto de cumplir los 33, convertirme en papá.

Lo tercero ya está en marcha. Hace un año tuve la inquietud de empezar a hacer realidad las vivencias y aventuras de unos niños de pueblo. Espero que al año que viene pueda estar la obra terminada y en las manos del que quiera flipar con mi primer libro.

lunes, 7 de marzo de 2016

JOSÉ

El año comenzó con el adiós a mi padre. Pese al dolor de su pérdida le tengo presente en muchos momentos. Sus recuerdos me alimentan de felicidad y de paz. Es muchísimo lo que me diste y te llevaré siempre conmigo.

Mi padre nació en tiempos de guerra y creció con las dificultades de la posguerra. Pasando mucha hambre y empezando a trabajar de niño. Autodidacta, él aprendió las operaciones básicas y a manejarse con las medidas y la lectoescritura.

En aquella época donde era frecuente ver carros y animales, mi padre aprendió el oficio de carpintero. Me dijo que empezó a trabajar con 11 años cobrando 3 pesetas diarias(siempre añadía la multiplicación 3x7 21 pesetas a la semana).

Con talento y ganas nunca le faltó trabajo y desde luego que amaba su profesión, pues para levantarse de madrugada a regresar por la noche durante tantos años hay que tener vocación por lo que se hace. Pero además de eso espíritu de lucha.

El destino lo unió con Carmen, mi madre y crearon una bella familia de la que me siento afortunado de formar parte. José siempre disfrutó comiendo, cantando, criando animales, trabajando su trozo de tierra en la Finca de don Carlos.

Cuando se jubiló empecé a pasar más tiempo con él y conocerle mejor. Éramos un gran equipo, sin duda. Recuerdo muchas conversaciones tomando el sol dentro del coche en plena calle Mayor. Algo tan simple que no pude disfrutarlo previamente por las interminables horas que pasaba trabajando.

Fue muy dura recibir la enfermedad de José de la noche a la mañana. Un jarro de agua fría que da un giro de 360º a tu vida.Pero todavía nos mostraría entereza, agallas, resignación y alguna sonrisa en tan complicada situación. La lección de José de que hasta en el momento más desfavorable se agarraba a la vida con todas sus fuerzas. Ya descansa en el Cielo rodeado de los seres que perdió.

Papá, creo que no podré devolverte todo lo que me has dado pero eres mi referente. Sé que vas a estar conmigo y me vas a guiar. Espero saber honrarte y que desde allí puedas seguir orgulloso de tu hijo más pequeño.

SIEMPRE JUNTOS.